viernes, 29 de abril de 2016

Tenemos un nuevo psicoterapeuta

Un nuevo psicoterapeuta se ha incorporado a nuestro equipo.

Aunque tiene el pelo largo y un aire un tanto hippy, pero parece muy competente en lo suyo. Tiene una extraordinaria capacidad para ser cercano y amistoso. Su capacidad de conectar con nuestro hijo es tan potente, que nos tiene entusiasmados. Durante la última semana, el niño no hace otra cosa que hablar de él. Y han desarrollado una relación como si llevaran años conociéndose.

Cuando está  con él se le vé conectado, concentrado y empático. Su estado de ánimo se vuelve más estable.

Desconocemos cuales sean sus títulos y graduaciones, pero no nos importa, ciertamente.  Siempre está disponible para nuestro hijo, no importa la hora que sea. Jamás le regaña ni le juzga, y siempre está ahí cercano para ayudarle y darle una caricia amistosa. 

Nunca se enfada, y tiene una paciencia virtualmente infinita. Si se le molesta más allá de lo soportable, se refugia en un rincón hasta que pase la tormenta. 

Entonces, sale de nuevo dispuesto a volver empezar sin rencor ni resentimiento. 

Su tolerancia está mas allá de lo humanamente concebible. Su lealtad y dedicación es absoluta. Si queríamos que nuestro hijo  tuviera un ejemplo de amor, paciencia y tolerancia, no hubiéramos podido encontrar otro mejor. 

La verdad; siempre tuvimos dudas acerca de tener un perro en casa, pero parece claro que nuestro hijo lo estaba necesitando .

El tiempo dirá si le ayuda tanto como parece.







miércoles, 27 de abril de 2016

Un cuento para ayudar a convertirse en un héroe.

A mi hijo le gustan mucho los animales, especialmente los perros.

Cuando supe que los perros separados demasiado pronto de sus madres se volvían perros difíciles e intratables, supe que ahí había una posibilidad de llegar hasta sus sentimientos. 

De ahí surgió la idea de este cuento. 

El cuento tiene la finalidad de hacer resonar por simpatía (en el sentido musical del término) la historia del perro con la del niño con  paralelismos más o menos evidentes.

Pretendo así ayudarle a reprocesar sus sentimientos, y ayudarle a integrar su historia en una en la que, para variar, él puede ser el héroe (en vez del villano, papel que él mismo y los demás habitualmente le atribuyen).

Y ahora, os dejo para leerle el cuento. Aquí teneís el vinculo


Ojala nos sea (a todos) de alguna utilidad... 

  

Cuento para el Héroe

No muy lejos  del colegio, en una casa muy bonita que hacía esquina sobre la calle, vivía el perro más bonito de toda la ciudad. Era absolutamente espectacular, con un precioso pelaje blanco y gris y con ojos muy azules, casi grises, de mirada acerada. Solía reposar en una esquina, justo en la parte más alta del jardín y cerca de la calle, desde dónde le gustaba ver a todos los que pasaban.

Pero era el terror de todos los chavales del barrio.

Ladraba fieramente a todos los que se acercaban, aunque fuera por la acera de enfrente. Y si te acercabas más, llegando cerca de la verja empezaba a intentar saltar la valla dando bocados al aire a diestro y siniestro intentando alcanzarte. Cuentan incluso que una vez un cartero nuevo entró a entregar una carta, y se llevó un buen bocado en el tobillo. Y le tenía una especial manía a los camiones del butano, que tenían la fea costumbre de subir la cuesta tocando el claxon con gran escandalera.

Los chicos del cole cercano sabían de su mal genio. Y les gustaba ponerlo nervioso para ver como se enfadaba cada vez que se acercaban. Aunque, la verdad sea dicha, tampoco hacía falta mucho esfuerzo para hacerlo enfadar.

Y entre todos, al que mas le gustaba provocarlo era un niño que se llamaba X. Era un niño faltón y provocador, de esos que no le gustan nada a los padres porque siempre andaba metiéndose en líos. Se enfadaba con mucha facilidad, y a menudo discutía con los profesores o con las compañeros por cuestiones sin importancia. A pesar de su poca edad, no admitía que nadie mandara en su vida. Y le gustaba ser el más chulo del colegio. Pero, a pesar de esto, no era totalmente impopular. Su atrevimiento, valentía y fuerza era tal que en los juegos de peleas, siempre era capaz de ganar a todos. Y además, protegía  a los niños más pequeños del colegio, y si conseguías llegar a ser su amigo, podías considerarte seguro frente a cualquier otro.

Un buen día, X y sus compañeros volvían del colegio discutiendo sobre quién era más valiente.
X, al divisar al perro en lo alto, les dijo a sus compañeros.
-¿A que no os atrevéis a entrar en la casa del perro?.

Todos los compañeros miraron a X, mandándole un mensaje con la mirada - ni se te ocurra, le decían-. Y empezaron a decirle que estaba loco, que ese perro es muy peligroso, y un largo etcétera de razones por las que no era buena idea.

X, sintiéndose ofendido por el rechazo de su idea, en un arranque de cólera del que ni el mismo fue consciente, gritó, ¡Dejadme en paz, imbéciles! y salió corriendo hacia la casa, saltando la valla por el lugar opuesto al que estaba el perro.

La reacción del perro fue tan violenta y exagerada que el mismo X se asustó por primera vez en su vida.

Los ladridos, aullidos y saltos parecían llenar el vecindario sin interrupción. Para mayor susto, un hombre mayor, casi anciano, salió de la casa armado con un palo y una actitud extremadamente beligerante gritando;

 !Que pasa aqui¡ ¿Que está pasando?. Voy a llamar a la Policía...

La sola mención de la policía hizo que todos los compañeros del Colegio se desvanecieran a toda velocidad calle abajo dejando al pobre X sólo ante el peligro. 

Afortunadamente para X el perro estaba atado con una cadena, y a pesar de que lo intentaba con todas sus fuerzas, no podía alcanzar a morderle o arañarle. Así que, por esa parte, no había peligro alguno. 

Sin embargo, la mirada del hombre mayor, su actitud, y su palo, no hacían presagiar nada bueno para X. El anciano se acercó a X.  y manteniéndose a distancia suficiente para descargarle un golpe con el palo, caso de ser necesario, le interrogó duramente:

-¿otra vez intentado entrar a robar?. Esta vez os he pillado in fraganti. Ya veremos que le cuentas a la Policía. ¡Tienes suerte de que el perro no esté suelto!, Si no, no lo cuentas...
Pero... tu no tienes pinta de ladrón. ¿que edad tienes, y que haces aquí?.

El pobre X, sintió unas ganas terribles de insultar a aquel viejo, incluso de liarse a puñetazos con él. Pero el palo que llevaba el hombre, así como la fiera actitud del perro le daba bastante susto. Asi que, como pudo, balbuceó entre lágrimas que el perro apasionaba a todos los niños del colegio por su belleza, y por el terror que les inspiraba. Le contó también como se había sentido obligado a saltar la valla por culpa del enfado tan grande que tenía con sus compañeros de colegio.


El anciano, bajando el palo, y deponiendo su actitud áspera para dedicarle una mirada amistosa,  le invitó a pasar dentro de la casa relajadamente.


- Anda, siéntate y charlemos un rato, y te contaré todo lo que quieras saber sobre Azuel y su mal genio.


Tras preparar un Colacao calentito  y un poco de pan con chocolate, se sentaron a la mesa de la cocina a charlar.


El anciano le explico a X que Azuel había nacido en Alaska. Su madre  y sus hermanos se habían muerto congelados una noche de tremendo frío. Y Azuel, se había salvado tan sólo por casualidad, pues unos exploradores habían pasado por allí y lo habían recogido abandonado cuando ya tenía varios meses de vida, habiéndo sobrevivido de verdadero milagro. 

Al parecer, según le explicó Zacarías, (que así se llamaba el anciano) al haberse criado prácticamente sólo, se había convertido en un verdadero superviviente. Y para ello, había aprendido a ser desconfiado, agresivo, irascible, peleón y hacerse fuerte antes de tiempo. Si no, hubiera sido comido por los lobos o por los osos polares que abundan en aquellas tierras. Por lo visto, cuando los perros - y las personas, también - pierden a sus madres mientras son aun jóvenes y tiernos cachorritos, se convierten en perros ariscos. Entonces, se les hace muy difícil relacionarse con los demás perros porque no aprendieron a relacionarse cuando era el momento oportuno para ello. También les cuesta mucho confiar en los demás perros y  en las personas, pues les tienen un miedo enorme. Cualquier persona o animal, significaba una posible amenaza. Y ante la amenaza, la mejor solución es atacar con la máxima violencia posible. 

Mientras X oía la historia, la pena por el pobre Azuel le invadíó. No le costó demasiado imaginarse al pobre perro, sólo en el mundo, luchando por sobrevivir en un mundo hostil, frío y lleno de peligros. Y le entraban ganas de llorar cuando pensaba en Azuel.

Mientras el perro reposaba tranquilo a los pies del anciano, éste continúo explicando  como conoció a Azuel en un viaje por Alaska. Tras haber sido recogido por los exploradores, Azuel vivió en un refugio de perros abandonados, aunque no era muy feliz allí, pues se sentía acorralado y asustado por los demás perros y cuidadores, de modo que tenía frecuentes  discusiones y peleas. Y como se peleaba con mucha frecuencia, los demás perros le mordían, y los cuidadores a veces le pegaban.

De hecho, el director del Refugio ya había decidido que Azuel nunca podría convivir pacíficamente con los demás perros, así que había decidido ponerle una inyección letal, y eso a pesar de que Azuel era el perro más listos y fuerte de todo el refugio. (Una inyección letal, para los que no lo sepan, es una manera de matar a los perros para que no sufran. Se quedan dormidos, y ya no despiertan nunca jamás.) 

Pues bien, aquella tarde Azuel se debió adivinar algo cuando vio acercarse al encargado de ponerle la inyección. El caso es que, en vez de ladrarle y enseñarle los dientes como acostumbraba, pegó un gran salto y empujándole, pudo escapar por un resquicio de la la puerta entreabierta huyendo a toda velocidad hacia la libertad blanca de la nieve. 

Y varios días después, Zacarías lo encontró en las montañas de Alaska, medio muerto de hambre y frio, pero aferrándose a la vida con voluntad de acero. Poco a poco, tras varios días de espera, Azuel fue aceptando la comida que Zacarías le ofrecía y así se fue acostumbrando al que había de ser su amo. Al principio, Azuel cogía la comida con brusquedad, y salía huyendo y no volvía hasta el día siguiente, pero poco a poco, fue acostumbrándose a tolerar la compañía de Zacarías y a comer de su mano.

El perro miraba atento las manos de Zacarías, mientras narraba la historia, dándo la impresión de escuchar, entender y asentir a cuanto se decía.

Cuando Zacarías decidió volver a su casa, Azuel fue siguiendo el trineo de Zacarías durante todo el camino de vuelta. Y cada noche, Zacarías le ponía un plato de camino junto al fuego, que Azuel devoraba bien a gusto. Y así, el perro - que no el amo -decidió acompañar a Zacarías de vuelta a su hogar y hacerlo su amo.

Desde entonces, Zacarías y Azuel habían llegado a entenderse bien y amarse, a su manera. Zacarías decía que, al contrario del resto de la gente, dónde los demás veían un perro malo y malvado, él sólo veía un perro con el corazón entristecido y asustado, que poco a poco, estaba aprendiendo a amar. Zacarías dijo: "Para mí, este perro es un héroe. Ha sido capaz de superar su miedo, y aprender a amar, al menos a mí".

Azuel miró a su amo, y movió el rabo con alegría como confirmando expresamente el amor que sentía por Zacarías.

X tenía una sensación extraña. Se sentía, de alguna manera, muy cercano a la historia de Azuel. Él también se sentía extraño y distinto a los demás. Él también tenía peleas con sus compañeros, profesores, padres y familiares. A él también le invadía la ira cuando se sentía rechazado o le llevaban la contraria. Y sobre todo, él también había sido abandonado cuando era un bebé, antes de ser adoptado por sus padres. Y aunque X no era propenso a llorar (no había llorado ni cuando se partió un brazo), una lágrima rodó por su mejilla.

De repente, pensó que si Azuel había aprendido a amar, no todo estaba perdido. El también podía aprender a amar mejor con la ayuda de su familia.  El podía vivir una vida mejor. El también podía ser un héroe.

Y algo extraño sucedió en aquel momento. El perro, abandonó a su amo, y acercándose a X, y le pegó un lametazo en la pierna, y apoyó su cabeza sobre los pies de X.

Entonces supo X que todo iba a salir bien. 

martes, 26 de abril de 2016

Recursos para divulgar y entender el Trastorno






Aqui enumero algunos recursos que permiten entender el problema del trastorno.

Son útiles para ayudar a padres, profesores y familiares desesperados a entender que es lo que le esta pasando a nuestro hijo.

http://www.escueladefamiliasadoptivas.es/secuelas-de-la-adversidad-temprana-en-ninos-y-ninas-adoptados-problemas-de-conducta-y-problemas-de-vinculacion/


Video del Coloquio con la participación de Charo Blanco, psicóloga y psicoterapeuta infantil, especialista en la atención a niños, niñas y adolescentes con trastornos de la vinculación afectiva. Las consecuencias de los traumas tempranos en la organización del cerebro infantil son imprecisas, éstos pueden alterar el funcionamiento de la mente y en particular las conductas de apego de los menores con los adultos significativos y en general con su entorno. Blanco tratará de explicar algunas nociones sobre el origen de estos trastornos y como determinados comportamientos que pueden parecer muy extraños a los padres y madres adoptivos por su contenido e intensidad, no está en relación con un hecho real, sino con la memoria traumática almacenada y se manifiesta a través de la conducta. Por eso en el trabajo terapéutico con estos niños y niñas es importante y muy útil hablarles de las “alarmas” que hacen referencia a esas situaciones en las que no pueden controlar sus impulsos. De esta manera aprenden a identificar sus emociones y a autorregularlas, subraya Blanco.


http://www.buenostratos.com/

Interesantísimo blog del Psicologo Jose Luis Gonzalo sobre el apego, y los trastornos del apego. Realmente, una referencia en este ámbito.


La genética no es tan importante.-

Para callarle la boca a todos aquellos agoreros que anuncian que el niño está condenado de antemano.

Resumen de la charla que impartió por video-conferencia desde San Sebastián y dentrodel Programa de Charlas-Coloquio organizados por el Instituto Familia y Adopción de Barcelona el doctor Rafael Benito Licenciado en Medicina y Cirugía. Especialista en Psiquiatría. Terapeuta familiar y de pareja. Formación especializada en evaluación y tratamiento del trauma infantil.
http://alotroladodelhilorojo.blogspot.com.es/2014/04/la-genetica-no-es-tan-importante.html


Neurobiología del maltrato infantil: el ciclo de la violencia

Artículo científico sobre la neurobiología del trastorno. Para todos aquellos que dicen que esto son tonterías.

https://dl.dropboxusercontent.com/u/967385/PDF/Neurobiolog%C3%ADa%20del%20maltrato%20infantil.pdf


El Cerebro del Bebé

Magnífico documental que explica la formación del cerebro del bebé, y que nos permite entender, la imprescindible relación entre el contacto con una figura de apego y el correcto desarrollo del cerebro del bebé y de sus emociones.

https://www.youtube.com/watch?v=5uJiRWmeK5k



El arrullo materno.- 


Viejo (1970) pero muy interesante documental (Time Life ) de divulgación científica sobre las consecuencias de la privación emocional de la figura marental en la crianza infantil, con extensas referencias y descripciones de las investigaciones y experimentaciones sobre el comportamiento efectuados por Harlow, Mary Neal, Prescott y otros.


https://youtu.be/zJ-q9u5Z2nM


Un caso de trastorno reactivo de la vinculación en la infancia. Autores: Portugal Fernández, Rafael y Balsa Vidal, Héctor. Especialistas en Psicología Clínica. Dirección General de Servicios Sociales. Gobierno de Cantabria.
http://psiquiatriainfantil.org/numero4/art1.pdf


Libro EL VÍNCULO Y PSICOPATOLOGÍA EN LA INFANCIA: EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO

Auttor: Díaz Atienza, J, y Blánquez Rodríguez, MP Unidad de Salud Mental de Almería

http://psiquiatriainfantil.org/numero4/apego1.pdf


Articulo en el Semanal sobre un estudio longitudinal llevado a cabo con un grupo de 136 niños residentes en un orfanato de Rumania. Una de las conclusiones del mismo señala:"en torno a los dos años se cierra una ventana en el desarrollo de los niños". Su importancia radica en el importante y en muchos casos irreversible, déficit emocional, cognitivo y de desarrollo que presentaban los niños de la muestra al inicio del estudio; los mismos habían carecido de una relación de vínculo durante los primeros años de su vida (6 a 36 meses). Posteriormente la mitad de los niños de la muestra fueron aleatoriamente trasladados con familias de acogida, mostrando una evolución muy favorable. La conclusión más destacada es la trascendencia de la relación de contacto, cariño y cuidado como base del desarrollo infantil, pero también y cómo estos datos señalan, como base del principio de la cura.


http://www.finanzas.com/xl-semanal/magazine/20150503/orfanatos-dano-irreparable-8418.html

lunes, 25 de abril de 2016

Un cuento para reparar vínculos o prevenir ofensas.



El trastorno de apego genera problemas en la relación del niño con sus figuras de apego.

Normalmente, estos problemas se pondrán más de manifiesto con las figuras que puedan inspirar temor o inseguridad en el niño respecto de su relación de apego, y en la mayor parte de los casos, será con sus padres, familliares o adultos. 

Pero, a veces, estos niños también pueden "estropear" sus relaciones con sus compañeros. Y no es raro, pues normalmente tienen escasas habilidades sociales, baja tolerancia a la frustración, que pueden desembocar en actos violentamente desproporcionados. 

Tras uno de estos acontecimientos con uno de amigos más cercanos a mi hijo (ya de por sí escasos), se me ocurrió que podría ser de utilidad escribir un cuento que ayudara a los niños "ofendidos" por la conducta inadecuada a entender el trastorno, y a generar una actitud y un modo de actuar que pudiera reducir los problemas, en vez de aumentarlos. Es decir, a integrar la conducta del trastorno dentro de la "normalidad", y a prevenir los conflictos con los compañeros más cercanos, que serán, probablemente, aquellos con los que tenga más apego. O a reparar el vínculo dañado por la conducta inadecuada. 

Con tal intención escribí este cuento.

Espero, de todo corazón, que os sirva.

Si que agradecería que, si a alguién le sirvió, me lo haga saber.

Me hará muy féliz haber podido ayudar a otros niños.


Aqui teneis el vínculo


Un Elefante enloquecido en la tienda de recuerdos del Zoo


http://elheroeconunagujerodentro.blogspot.com.es/2016/04/un-elefante-enloquecido-en-la-tienda-de.html

Un elefante enloquecido en la tienda de recuerdos del Zoo.

María subió la escalera para acostarse. Pero no se le escapó a la atenta mirada de su madre que su actitud era algo más apagada y triste de lo habitual.

Asi que pocos minutos después se acercó a apagar la luz y darle su beso de buenas noches, con el firme propósito de averiguar lo que pasaba por su bella cabecita rubia.

- ¿Como te ha ido en el Cole? - le preguntó a María.

El gesto avinagrado que cruzó la cara de María, mientras se encogía los hombros, delató claramente que, lo que quiera que fuera, había ocurrido en el Colegio.

- ¿Has jugado en el recreo con tus amigos?.

Una lágrima asomó a sus ojos, mientras su respiración se agitaba por momentos.

- Veo que estas muy triste, tal vez has tenido algún problema con tus compañeros?

María contestó airada:

- ¡Otra vez, Juan!. ¡¡No aguanto a ese niño!!. Esta loco ...

- Pero, cuéntame, ¿que te ha pasado con él?


- Estábamos jugando en clase de deporte a un juego que había dicho el profe, y por una tontería, Juan ha empezado a enfadarse muchísimo, y a discutir haciendo llorar a Belén. Y cuando yo he salido a defenderla, porque es mi amiga, ha venido hacia mí, y me ha gritado e insultado. Me ha dado mucho miedo, Mama. Estaba como loco ...

- Y ¿que te decía exactamente....?

María miró a su madre extrañada y le dijo, muy seria:

-Mamá, ¿no querrás que te repita todas esas palabrotas?.

Su madre, no podía ser menos, se río de su cara tan seria. Pero continúo su interrogatorio sutilmente.

- ¿Y no dijo nada más?

- Decía sin parar  que yo no le apoyaba nunca, que apoyaba siempre a Belén, pero a él nunca. Pero Mamá, !!eso no es verdad¡¡. De verdad que yo algunas veces le doy la razón, pero es que me da miedo como se pone cuando se enfada. Cuando se enfada se pone como loco....
¡¡Es injusto!!.- dijo entre sollozos.

Su madre le acarició su pelo  y le dijo:
- Entiendo que debiste sentirte muy mal, ¿verdad?. Pero no te preocupes, te contaré un cuento que creo que te va ayudar en tus relaciones con Juan. Se llama el "Elefante enloquecido en la tienda del Zoo".

Había una vez un Elefante joven que se llamaba Prutt. Todo parecía perfectamente normal a simple vista en Prutt.

Pero, sin embargo, Prutt tenía un problema muy serio, que no nadie sería capaz de adivinar  si lo hubiera conocido.

Al nacer, su madre murió, y el pobre Prutt se crió en un zoo, sólo, lejos de cualquier otro elefante. No tuvo, como tú tienes, una madre para acariciarle cuando se sentía sólo o tenía ganas de llorar. Tampoco tuvo un padre para explicarle cosas, ni un hermano con quien jugar, ni primos ni primas, ni tíos ni amigos.

Y así  Prutt fue creciendo  en fuerza y vigor, haciéndose un precioso ejemplar de elefante. Era tan bonito que, cuando ya era un joven elefante,  lo enviaron a otro zoo en el que existían otros muchos elefantes. 

Pero resulta que cuando llegó allí, los cuidadores se dieron cuenta de que Prutt no sabía entenderse con los demás elefantes. Claro, eso es lógico, pues nadie había podido enseñarle como había que comportarse. 

No era que no hablara el mismo idioma, porque podía entender a los demás elefantes. De hecho, mucha parte del tiempo parecía estar perfectamente.


Era más bien que el pobre tenía un miedo atroz a estar sólo y abandonado de nuevo. Por eso hacía tonterías todo el rato, y le gustaba atraer la atención de los cuidadores y de los demás elefantes. Y como no sabía relacionarse con los demás elefantes, tenía una manera especialmente eficaz de llamar la atención de los demás, que era molestando, provocando e irritando a los demás. De este modo, al menos sabía que le iban a mirar, aunque fuera para regañarle. Y eso era, en su opinión, mejor que enfadarles, que pasar inadvertido y quedarse sólo de nuevo. 

Así que el pobre tenía tanto miedo de estar sólo, que apenas podía vivir. Pero como era muy listo, para que no se le notara, siempre se hacía el fuerte y el valiente todo el rato.


Pero cuando alguien, especialmente los elefantes o cuidadores que el más apreciaba, le regañaban, a Prutt le daba por pensar que le iban a volver a abandonar, y que se iba a quedar sólo de nuevo.

Cuando le pasaba eso, se volvía como loco, y se metía en la preciosa tienda de recuerdos del zoo. 

Imagínate lo que puede ser un elefante grande, grande de verdad, enloquecido en una pequeña tienda de recuerdos, llena de estanterías de figuritas de cristal, de cerámica o de cartulinitas bien doblados. ¿te lo imaginas? ¿tu que crees que pasará?

Pues un desastre, seguro....

Y allí dentro, Prutt andaba derrumbando estanterías, y rompiendo cosas sin querer, hasta que los cuidadores del Zoo conseguían  calmarlo haciéndole caricias y dándole zanahorias. Entonces, volvía a estar en condiciones de volver a unirse con los demás elefantes. 

Pero si cualquier otra cosa le asustaba de nuevo, - cosa que pasaba con mucha frecuencia - iba corriendo a meterse en la tienda de recuerdos una y otra vez. 

¿Lo entiendes...?

María, asentía vigorosamente, imaginándose el elefante revolviendo con su trompa estanterías sin fin de .....

-Asi que, si tu fueras una cuidadora del zoo, ¿que harías? - le preguntó su madre a María.

- Yo intentaría que no entrara en la tienda distrayéndole con algo que le gustará o haciéndole que se sintiera acompañado y que no tuviera miedo. 

- Muy buena idea, María. Eso es justo lo que hacen los cuidadores. Pero ¿que pasaría  si, a pesar de eso, ya hubiera entrado en la tienda?. 

-  Entonces, intentaría calmarlo lo más rápido posible acariciándole, hablándole bajito y en forma cariñosa, y dándole unas zanahorias. 

Su madre aplaudió encantada con una gran sonrisa
-Desde luego, ! el día de mañana serás una cuidadora  de elefantes maravillosa ¡. 

 - Pues verás, a Juan le pasa lo mismo que al elefante. Cuando se siente rechazado por los demás se siente abandonado, se enfada, y entonces es como un elefante enloquecido en la tienda de recuerdos del zoo. Todo lo revuelve y lo tira por lo alto, rompiendo y embistiendo cuanto encuentra a su paso sin el menor miramiento hasta que se calma.  

Así que si quieres ayudar a Juan, ¿tu que crees que debes hacer?. 

- Evitar que el elefante entre en la tienda de recuerdos. 

- Efectivamente... Y si entra, ¿entonces que hacemos ?. 

- Hacer que se calme para que salga lo antes posible.

Tienes toda la razón mi amor. Eso es justo lo que hay que hacer. Me alegra mucho que lo hayas entendido tan  bién. Bueno, y tambien tienes que acordarte que un elefante enloquecido es un animal que, sin querer, puedo hacernos daño, asi que tendrás que ser fuerte y valiente para no tenerle miedo si quieres ayudar a calmarlo.

- Mama, creo que no me cuesta mucho imaginarme a Juan como un elefante enloquecido ...dijo con una sonrisa enorme María.

- Bueno, cariño .Ya es hora de dormir.

Mañana será otro día...
  




domingo, 24 de abril de 2016

Problema = Oportunidad

Siempre he sido un optimista convencido. No se si será porque he tenido muy buena suerte en la vida, o  porque he sido amado enormemente en mi infancia, pero el caso es que siempre he pensado que todo puede mejorar. De hecho, la experiencia de la vida me ha enseñado que, desde luego, las cosas siempre pueden ir a peor ( a menudo ràpidamente, y cuando menos te lo esperas).

Así que, a lo largo de mi vida personal y profesional siempre he estado intelectualmente predispuesto a aceptar el cambio, e intentado ver en cada nueva situación compleja una oportunidad para aprender algo distinto, y cambiar a mejor. Como dijo John F. Kennedy, "En la crisis, se consciente del peligro, pero reconoce la oportunidad."


Sin embargo, no se porqué extraña razón, jamás se me había ocurrido aplicar este mismo principio a los estados emocionales de mi hijo. Supongo que será porque, para mí, una rabieta injustificada o desproporcionada me genera tanta tensión emocional, y me hace sentir tan incómodo y tan molesto que no me permite pensar relajadamente sobre su verdadero significado, y sobre la utilidad o provecho que le podemos dar.


Estando en estas lides, he empezado a leer un libro que me está resultando  de gran interés: "EL CEREBRO DEL NIÑO" de Daniel J. Siegel. El libro proporciona un conjunto de técnicas eminentemente prácticas para mejor entender y manejar a los niños. (y casi, me atrevería a decir, a cualquier persona sin límites de edad), y me atrevería a decir que es de lectura obligatorio para todo aquel que tiene que convivir con menores.

Sin embargo, algo que me ha llamado poderosamente la atención es el enfoque inicial que se propone en el libro.  En vez de limitarnos a "sobrevivir", intentemos ver cada rabieta o  cada problema como una oportunidad para aprender de la situación o enseñar a nuestros hijos a ser más felices.

Me parece una aportación, que no por obvia, deja de ser fascinante. Me hace reflexionar sobre el hecho de de como me afecta emocionalmente cada rabieta o cada problema, y como me ciega la emoción (negativa, normalmente) impidiéndome pensar, reaccionar o actuar del modo que es mejor para mi hijo en ese instante. Y esto, por lo que puedo observar, no sólo me pasa a mi. Veo con frecuencia que ante la actitud oposicionista o desafiante del niño,  se desencadenan en el adulto una tormenta de emociones que sacan lo peor que lleva dentro, lo cual, no ayuda en nada ni al menor, ni al adulto. 

Asi que prometo firmemente intentar que, ante cada rabieta,  disgusto, o actitud inadecuada, en vez de dejarme llevar por la emoción del momento, ver una oportunidad para enseñar o aprender, jugandola con inteligencia y calma, y usando las herramientas que nos  propone el libro y otras que vayamos descubriendo, para afrontar la difícil tarea de criar un cachorro de león herido.

Y prometo también, forjar mi fe en esta verdad y evangelizar en la misma a todos los que tengan contactos con niños en general, y con mi hijo en particular. 

Eso sí, le pido a Dios que me de fuerzas a mí, y claridad de mente a los demás....



lunes, 18 de abril de 2016

El Heroe con un agujero dentro. ¿para que este blog?

Cuando alguien se pone a escribir un blog, debe ser porque tiene algo que decir. Sólo así se entiende que sacrifique uno tiempo de su ocio o de su familia, para dedicarlo a mandar un mensaje al público en general. 

Y yo me pregunto :

¿Para que este blog narrando las vivencias que siento, celebro o padezco con mi hijo, y sobre su trastorno de apego? ¿Que pretendo obtener con esto?

Habrá quien piense que deseo notoriedad, protagonismo o aceptación. Tal vez sea verdad (todos tenemos nuestro poquito de vanidad). Sin embargo, como pretendo mantener en completo anonimato los datos personales de mi hijo, también me veo obligado a mantener mi nombre en el anonimato. Así que poco reconocimiento podré utilizar en mi beneficio.   No obstante, me obligo también (¡que conste!) a que mi anonimato no pueda ser nunca un escudo tras el que ocultarme para criticar impunemente. Por ello, mis críticas o felicitaciones, serán igualmente anónimos, puesto que no pretenderé condenar o ensalzar personas, con sus nombres o apellidos, sino señalar sus actitudes, positivas o negativas, según mi humilde (y sobre todo, personal) opinión.  

Otros pensarán que busco desahogarme. Y es cierto que también me servirá  - de vez en cuando, espero - a tal finalidad, puesto que manifestar opiniones, sentimientos o emociones puede producir
un cierto desahogo, que no viene mal, en efecto.

Pero no, no es esa mi principal intención y objetivo.La  verdadera respuesta es algo más ambiciosa.

Pretendo, nada más y nada menos que cambiar el mundo que me rodea. O mejor dicho, el mundo que me rodea a mi hijo.

Me explicaré: Mi hijo (mi único hijo) padece un trastorno reactivo del apego.

Probablemente, si estas leyendo este blog, no es por casualidad y ya tendrás  alguna idea de en que consiste. Si no,  yo te lo explicaré en las palabras mas simples que pueda. 

Es un trastorno patológico grave que afecta a los niños que han sufrido abandono, malos tratos o dificultades graves para establecer vínculos de afecto con su cuidador primario (padres) en las primeras etapas de su infancia. Es bastante frecuente entre niños adoptados o institucionalizados, especialmente provenientes de países del Este. Aunque también se puede producir por otras causas, como niños que hayan estado mucho tiempo en incubadora, o con padres fríos o distantes, o con cambios continuos de cuidadores. 


Dicho de otra manera; A estos niños les faltaron los estímulos adecuados, justo en el momento en el que deben desarrollarse todos los mecanismos cerebrales que regulan la creación y regulación de los afectos. (Vease el documental El Cerebro del Bebe - https://www.youtube.com/watch?v=5uJiRWmeK5k). 



A eso precisamente me refiero cuando hablo del "agujero dentro", tomando prestado el nombre del testimonio de uno de estos niños cuando tiene que explicar como se siente 

En consecuencia, cuando ha faltado ese elemento básico en la construcción de la personalidad, toda la conducta posterior del bebé que ha sufrido esta falta en el momento justo, manifiesta una notoria dificultad (o incapacidad, en algunos casos) de mantener un comportamiento "normal"  o socialmente aceptable a lo largo de los años sucesivos. 

Esta patología puede producir varias posibles manifestaciones o tipologías. Una de ellas, la que presenta mi hijo, es la de tipo controlador punitivo. Básicamente consiste en la utilización habitual de la amenaza, la coacción y la fuerza como primer mecanismo para alcanzar sus objetivos. Se resiste a cumplir cualquier orden que no le venga en gana obedecer y se muestra desafiante ante cualquier persona que pueda ostentar autoridad. La venganza, la violencia, y los insultos, y de vez en cuando, los golpes, aparecen siempre presente en sus argumentaciones cada vez que no obtiene lo que quiere en el mismo instante en el que lo desea.

Un ejemplo, mejor explicado de lo que yo podría narrar, lo podéis encontrar en el magnífico blog de Jose Luis Gonzalo. http://www.buenostratos.com/2016/04/ninosas-con-caracteristicas-de-apego.html

Como os podréis imaginar tras esta descripción, la convivencia con él no es nada fácil. No es fácil sentir empatía por quien te agrede, insulta y te quiere dominar cuando se enfada. Y casi siempre, estos comportamientos logran que aquel que tiene en frente lo peor de si mismo.

Y como su patología no se puede apreciar a simple vista en su cara, como otras enfermedades mentales (síndrome de down, por ejemplo), ni tampoco afectan a su inteligencia, que es muy grande, y que a menudo, se pone al servicio de su enfermedad, el mundo que le rodea lo ve como un pequeño tirano, maleducado, violento, agresivo, y peligroso al que es mejor evitar lo más posible. O como un futuro delincuente en potencia al que hay que "amaestrar" cuanto antes con mano dura.  

Yo, sin embargo, quiero convenceros para que lo podáis llegar a verlo de otra forma. 

Para mi, es un pequeño héroe, que  aprende poco a poco a rellenar su vacío emocional curando una herida primigenia de la que no es culpable, y con mucho amor y mucho esfuerzo  a regular sus emociones.

Y además, que se ve obligado a romper el estigma que produce en los demás la conducta que se deriva de su enfermedad. 

Por eso, quiero  haceros partícipes de esta aventura de su crianza.

Tal vez así consiga que el mundo que nos rodea pueda cambiar el modo en el que lo mira, y lo vea tal y como yo lo veo.

Y si no puede ayudar a mi hijo, tal vez ayude a otros que vengan detrás de él.

Un cuento con varios finales posible. Y tu .... ¿cual eliges?


Erase una vez un niño que tuvo la mala suerte de nacer en un país lejano, dónde el frío del clima era un presagio de la soledad y desapego que iba a recibir en sus primeros años.

Ya desde la concepción y el embarazo, le falto el amor de su progenitora ( a quien  no podemos llamar, en el estricto sentido del término, madre), y le sobraron otras muchas cosas que no vienen al caso.

No tuvo la suerte de gozar de las miradas de amor de una madre, ni de disfrutar de las sonrisas y carantoñas que guían al niño a sentirse amado. Le faltaron también las caricias de un padre, y el contacto comprensivo y amable de abuelos, tíos, primos, o hermanos. Le faltó, en suma, todo aquello que ni siquiera los animales niegan a sus crías; ese amor, esa calma que da saberse querido incondicionalmente, y aprender a calmarse en el confortable calor del abrazo maternal.

Abandonado de todos, fue rescatado por las autoridades, e ingresado en un orfanato. Allí aprendió a luchar con sus semejantes por un mendrugo de pan o una galleta, o por una mirada de atención. Imaginaros como debió pasar las horas mirando al techo vacío y ausente hasta que descubrió que la rabieta era el único mecanismo para  sentirse acompañado y atendido. Se acostumbró a exigir (y obtener) el amor a puñadas, gritos y estertores.

Y así, fue creciendo entre el frío de las nieves y de la soledad con un inmenso agujero dentro.

Hasta que un día una pareja de aspecto e idioma extraño vinieron a llevarselo a un lejano país, de novedosas costumbres dónde el calor del sol y del amor abundaban .

Pero, ay de el, pobre niño.
Todo el amor y calor de su nueva familia no conseguían llenar el agujero de tremendo frío que estaba dentro de él.

Y así, fueron empezando a desgranarse problemas. Primero, las dificultades para obedecer a sus padres, a lo que, en principio, no dieron gran importancia. En el Colegio, tras no mucho tiempo, saltaron las alarmas. ¡Este niño es hiperactivo, teneis que medicarlo enseguida!. Tampoco conseguía establecer relaciones profundas de amistad con sus compañeros de clase. Mas pronto que tarde comenzó  ser contestatario y algo pegón, y respondía con malas formas a sus padres, profesores, y cuantas personas mayores le recriminaban cualquier aspecto de su conducta. Y de otra parte, intrépido hasta la locura, e inteligente sobre la media, todas sus virtudes se ponían al servicio de su  enfermedad. 

No empatizaba con casi nadie, y nadie simpatizaba con él. Le gustaba provocar reacción en sus semejantes, y para ello, les asustaba con amenazas sanguinolentas, insultos o agresiones livianas. Y sobre todo, intentaba, controlar todas y cada una de las situaciones del día haciéndose el fuerte y dominante. Y cuando las consecuencias llegaban, siempre encontraba alguna manera de culpar a los demás de su conducta. (!Tu me has enfadado, mira lo que has hecho¡). Tenía, de alguna manera, el don de sacar de todas las personas con las que interactuaba lo peor que llevaban dentro.

Y claro, esto no lo hacía precisamente popular en su barrio, ni en su colegio, ni en su familia. Y cuando se percataba del rechazo, una ira inconmensurable le dominaba cegándole por completo. Y comenzó a sentir que la vida era una mierda, y que no merecía la pena vivir de esa forma.  

Y sin embargo, si alguien sabía mirar dentro de aquel torbellino de furia, podía aún atisbar el fondo de un buen corazón deseando amar. Los pocos que se atrevían a llamarse sus amigos sabían que siempre podían contar con él en una pelea. Y los perros del barrio sabían que siempre tenían en él una mano amiga, pródiga en caricias y abrazos.

Llegado este momento, este cuento tiene varios finales posibles:

a) el niño se hizo un joven casi adulto  y quiso llenar su vacío interior adentrandose por las intransitables selvas de la droga, alcohol y la delincuencia. Cada vez se encontró mayor rechazo social y familiar, y tras ingresar en centros de menores , y posteriormente, penales, al final, murió joven, en una espiral de violencia y furia, llevándose por delante a cuantos inocentes osaron enfrentarselo en su camino de violencia y destrucción.

b) Siendo consciente de la imposibilidad de adaptarse al mundo que le rodeaba - o rechazaba, mas bien-, el niño - adolescente ya - en un descuido de sus padres, se suicidó para mejor culpar al mundo del dolor que su herida primigenia le causaba, dejando un reguero de dolor sordo perpetuo en su familia.

c) Aún con muchas dificultades, la familia, y el colegio mantuvieron un esfuerzo coordinado por hacerle sentir especialmente amado y bueno. Pudo tener, por fin, un amigo haciendolo sentir, por primera vez, merecedor del afecto de sus iguales. Un profesor se atrevió a mirar mas allá de su aparencia hosca, y logró hacerse un hueco en su su corazón atribulado. Inconmensurables cantidades de amor y paciencia de todos cuantos le rodearon le ayudaron a llenar su vacío interior y restañar su herida primigenia con el amor de sus semejantes. Y cuando alcanzó la madurez, pudo elevarse más allá de su doloroso origen, y desarrollar una vida plena, criar una familia, y crear relaciones plenas afectivas con cuantos lo rodearon, y hacer felices a sus semejantes siendo féliz el mismo.

Esta claro que nuestro protagonista probablemente haya elegido el final (a) o (b), eso ya lo intuimos.

Pero esa no es la cuestión.

La pregunta es ....

Y tu.... ¿cual eliges?